martes, 5 de julio de 2022

Tácticas militares de los muertos vivientes


Un muerto viviente, también llamado no-muerto, es en la cultura popular un ser que está muerto pero que sigue cobrando vida, ya sea por efecto de su propia voluntad o por otra causa. Los muertos vivientes de todo tipo se enumeran en la mayoría de las culturas históricas de la humanidad, y su simbolismo se ha retomado en muchas obras modernas. Los muertos vivientes forman un tema popular en las novelas y películas de terror, así como en los juegos de rol. Los ejércitos de muertos vivientes son un tropo común en la ficción fantástica, a veces presentado de forma simplista. Para remediarlo, veamos las tácticas militares de los muertos vivientes!

La ventaja más evidente de un ejército de no-muertos es que no necesita comer y que puede marchar de forma indefinida. Esto es una ventaja tremenda en la guerra. Además, tengamos en cuenta los siguientes puntos:

• Un ejército de no-muertos puede penetrar profundamente en territorio enemigo sin tener que mantener una línea de suministros.

• Un ejército de no-muertos puede llevar a cabo un asedio o un guerra de trincheras de forma indefinida. Los ejércitos de muertos vivientes pueden rodear una ciudad durante años e incluso construir un doble muro a su alrededor (ver punto a continuación) para evitar tanto que los asediados puedan escapar como el auxilio de fuerzas exteriores. Las cuadrillas de excavación de túneles de los no-muertos son particularmente eficaces, ya que quedar sepultado no es un problema para ellos.

• Un ejército de no-muertos puede construir fortificaciones a un ritmo mucho más rápido que cualquier otro ejército. Sólo necesitan tiempo y recursos. Cualquier general que se atreva a atacar una región controlada por no-muertos debería esperar encontrarse con unas defensas impresionantes.

• Los ejércitos de muertos vivientes también son capaces de realizar emboscadas sorprendentes, con sus combatientes enterrados en la arena, pantanos poco profundos o bajo el agua.

• Muchos obstáculos naturales que afectan a los ejércitos convencionales no afectan a los no-muertos, como por ejemplo un rio o una ciénaga. Esto les da la posibilidad de usar tácticas y movimientos estratégicos que un ejército convencional no puede hacer. Un ejército de muertos vivientes calzados con plomo podría por ejemplo atravesar una gran extensión de agua para pillar por sorpresa a los defensores de una ciudad costera o atacar un ejército por la retaguardia.

• Los alquimistas pueden ser los mejores aliados de los no-muertos. Llenar el campo de batalla de humo tóxico o gas venenoso es una táctica particularmente vil que los comandantes de un ejército de no-muertos usaran siempre que puedan. Los cachivaches tóxicos y explosivos que la mayoría de ejércitos no se atreverían a usar debido a la peligrosidad para el usuario se vuelven particularmente eficaces en manos de no-muertos sacrificables.

• Aún si son derrotados, los muertos vivientes pueden dispersarse y refugiarse en ambientes hostiles para llevar a cabo una guerra de guerrillas durante décadas, tal vez siglos. Además, como todo el mundo sabe, los nigromantes derrotados tienen la desagradable costumbre de volver de entre los muertos cuando la ocasión es propicia.

Todo esto cambia por completo la naturaleza de la guerra a la que estamos acostumbrados, y convierte a los no-muertos en oponentes formidables, pero gracias a los dioses, también tienen sus puntos débiles!

Las principales debilidades de un ejército de muertos vivientes son sus comandantes y su naturaleza mágica con las restricciones que ello conlleva. Los no-muertos menores, como zombis y esqueletos, tienen un bajo intelecto y deben ser comandados por nigromantes o muertos vivientes superiores. Además en muchos casos si el comandante es asesinado, los no-muertos a sus ordenes serán destruidos o debilitados.

Los generales enemigos más astutos intentaran forzar a los ejércitos de muertos vivientes a enfrentarse a ellos en batallas campales para aniquilarlos por completo con una fuerza superior o bien, si esto no es posible, para exponer a los comandantes enemigos a una maniobra arriesgada o una carga suicida con la intención de eliminarlos. Otra forma de acabar con un ejército de no-muertos es con una operación de infitración y asesinato de sus comandantes, aunque probablemente esto sea muy difícil (los no-muertos son guardaespaldas excelentes, siempre alertas y dispuestos a sacrificarse).

Tal vez la mejor forma de protegerse de un ejército de no-muertos sea contar con la ayuda de un nigromante aliado. Una táctica particularmente eficaz es que el nigromante aliado infiltre sus propios no-muertos dentro del ejército del rival para asesinarlo en cuanto se presente una ocasión propicia.

Por último, la magia clerical puede dispersar y aniquilar a los muertos vivientes con una eficiencia impactante. Un ejército respaldado por clérigos y paladines puede enfrentarse con muchas garantías a los no-muertos incluso si se encuentra en inferioridad numérica. Los clérigos también pueden ser muy importantes para crear fortificaciones y líneas defensivas efectivas contra los no-muertos. El foso y los muros de un castillo convencional no suponen ningún reto para un ejército de no-muertos, ya que estos puede llenar el foso y crear rampas fácilmente con sus propios cuerpos. Sin embargo, si el foso está lleno de agua bendita y los muros están protegidos con fuego sagrado e incensarios-bolas de demolición, la cosa cambia.

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